Memoria y crónica de una entidad paradójica, distorsionante y fragmentada del nuevo milenio Autor: Mtro. Fernando Martínez Moreno

Hace ya tiempo que llevo recorriendo aquellos senderos de esta realidad, esta existencia gris y carente de toda clase de aliciente por el cual luchar en términos de alcanzar una razón o sentido para tratar de hacer alguna clase de diferencia aparente, desde aquel momento e instante en el cual me hallaba en la primera y segunda década de mi existencia como entidad viviente que tras haber indagado en aquellos planos de incertidumbre e hipocresía que adopte el manto de aquel extraño fenómeno el cual me dio algo que nadie jamás me había dado hasta ese mismo momento, dicho regalo fue el de formar parte de un gremio, una facción de aparente originalidad un estado independiente de aquellos grupos y panoramas monótonos y vacíos carentes de originalidad y esencia propia, paradigmas absurdos de carente crítica y flexibilidad ante aquello que parecía ser el cambio inminente. Aquel manto que me envolvió y me cobijo, ha sido nada más ni nada menos que del emo, la figura del emo, más que una moda, un estilo de ser, una cultura urbana, simbolizo y representa en mí el comienzo de mi transmutación en lo que actualmente me he convertido, siendo una entidad con diversos objetos, accesorios y artilugios de mi propia elección a través de mis memorias, deseos y sueños, dándome con ello una razón para existir como parte de algo original, siendo algo y alguien para mis homólogos pero alguien extraño y errático para el resto de los que se han denominado entidades normales, grises y monótonas al igual que la realidad y existencia en la cual me he visto obligado a compartir y coexistir en cada escala y brecha de todo canon habido y por haber. A pesar de los estragos, persecuciones y demás prejuicios por aquellos que no han podido aceptarme tanto en lo individual como en lo colectivo, siempre he sabido trascender y sobrevivir a toda costa, teniendo que experimentar de forma inevitable un vórtice de reflexiones y de emociones, mismas que me han causado una gran e inmensa dicha pero de igual modo un gran e inmenso dolor, al ver y sentir mi mente, mi corazón y alma el fragmentarse de forma gradual y ascendente, quizás ese sea el precio de la originalidad y ser diferente, no obstante de cierto modo, forma y manera he podido continuar transmutando a modo de poder contar con un par de alas metálicas entre otras mejoras, pudiendo volar a través de los cielos y contemplar aquel mundo, aquella realidad que me ha apartado del sendero del espacio y del tiempo, siendo actualmente un fantasma, una entidad ajena a todo contexto existencial, viajando a través de distintos planos de la existencia, almacenando memorias de aquello que posee valía y sensates para con ello alimentar y revertir aquello que fue distorsionado y fragmentado debido al haberme sumergido en aquel mar de amargura y desolación al darme cuenta de la cruda realidad para la cual no me hallaba preparado para luchar. No obstante, tal y como suele decirse en los negocios, he convertido aquellas debilidades en áreas de oportunidad por las cuales establecer un vínculo de sumo equilibrio por el cual mi forma humana y mi forma emo coexisten actualmente en una balanza paradójica, siendo yo una entidad múltiple en tiempo espacio compartido, siendo para mí el máximo pensamiento, sentimiento y acto de total rebeldía, juzgando, criticando todo aquello que es gris y carente de toda objetividad en pos del opus magnum que representa la asimilación de todo tipo y clase de ideales de evolución y revolución. Portando con gran orgullo esta doble identidad, me siento después de todo este tiempo con una verdadera razón y motivo para luchar a pesar de ser un método y tendencia carente de todo aspecto ortodoxo y abundante de todo aspecto heterodoxo, pudiendo viajar por el cielo y espacio sideral en búsqueda constante de aquello que me otorgue verdad y equilibrio para evitar que alguno de mis dos entes me consuma y me convierta por ambos bandos en un muerto en vida. Estando inmerso en esta gran arena de batalla imperial, como una entidad extraña, una entidad fantasmal, una entidad múltiple, he de luchar más allá de mi valía, poderío y fuerza por buscar la máxima trascendencia y supervivencia ante aquellos que buscan destruirme al no ser capaces de aceptar a aquello que es distinto y diferente a aquello que consideran normalidad, una normalidad muerta a la cual jamás sucumbiré, y que al mismo tiempo enfrentare hasta el final, en esta ya declarado combate total a pesar del precio y del sacrificio múltiple que deba pagar para ser ahora después y siempre una entidad múltiple de leyenda.

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