El juicio el castigo y la piedad, el destino manifiesto de la narrativa de la realidad múltiple metalmecánica Autor: Mtro. Fernando Martínez Moreno

En los distintos escenarios que constituyen a toda realidad o existencia tanto en lo individual como en lo colectivo, se han derivado toda clase de factores y elementos del pensar, el sentir y del actuar de toda entidad viviente siendo esta un fenómeno latente en la búsqueda de la comprensión la asimilación y entendimiento de cada uno de los escenarios, variables y circunstancias directas e indirectas hacia todo tipo y clase de sociedad desde el comienzo de toda. Sin embargo, con el desarrollo de los distintos postulantes del conocimiento, la verdad y la lógica elemental y factorial, en cada estructura de toda forma de expresión tanto verbal como no verbal se han desarrollado diversos géneros de manifestación de diversas reflexiones, percepciones, pensamientos y sentimientos en aquellas obras del ámbito científico como científico, dando con ello la ciencia exacta, la ciencia social y las humanidades y artes consecutivamente. No obstante, que poseen en común cada uno de estos postulados tanto del ámbito de la realidad pura y la ficción absoluta, la resolución a tal planteamiento radica en la presencia inminente e inevitable de las entidades canónicas del juicio, el castigo y la piedad, la gran triada en concreto en sí. Dichas entidades, siendo personificadas en aquellos que en lapso cronológico de la coyuntural de eventos y acontecimientos, forjaron y dieron directriz a las cadenas del desarrollo de su realidad, mismo que ha perdurado a través del espacio y del tiempo como tal. El juicio el castigo y la piedad, tanto en el ámbito científico como en el de la mera literatura ha conocido y estudiado en plenitud distintos mundos, miles de civilizaciones, adquirido todos y cada uno de sus secretos siempre con una sola finalidad de contribuir al trascender y sobrevivir, tanto en lo individual como en lo colectivo a cada escala de la apreciación y percepción cognitivo desde lo singular y plural. Menguando entre la vida y la muerte, aquellas entidades de naturaleza excepcional han mantenido una serie de códigos del orden canónico a modo de influir en la acción u omisión de aquello de lo que las entidades racionales e irracionales han mercado en su paso por la cadena de su propia existencia siendo en términos generales como específicos juez, jurado y verdugo en cada fibra y estructura molecular de todo ser viviente, causantes de grandes sacudidas emocionales, racionales e irracionales en todo lo que alguna vez fue, todo lo que actualmente es y lo que alguna vez llegaría a ser. De igual forma, modo y manera, la propia historia así como la literatura, ha personificado y ejemplificado a aquellas entidades de forma concisa, siendo a consideración personal la entidad del caballero medieval, el samurái y el gladiador, siendo el caballero, el juicio, el samurái el castigo y el gladiador la piedad de forma innegable e inminente, tanto en esencia como en naturaleza misma. Del porque se su existencia y afirmación, estos vienen siendo una conjunción de múltiples variantes y factores del cauce existencial de toda forma racional e irracional, tanto animada como inanimada, no obstante el porqué de su personificación y apariencia conlleva e implica aquella simbología intangible del poder del pensamiento el sentimiento y la acción sistemática de aquellos valores y códigos de conducta moral y ética por los cuales toda civilización ha adoptado e instaurado como parte de su propio sistema de gestión dentro de su materialismo histórico así como por el simple y complejo hecho del estudiar, analizar y dictar una sentencia hacia lo que pudiera ser la naturaleza y esencial conductual de un objeto o sujeto lo que implica el desarrollo e interpretación de aquellas fibras de su legado cronológico espacial, para lo cual con el desarrollo de los distintos cánones de la convivencia y orden ético y moral es el punto en el cual fungimos hacia el destino de todo ser que pasa por nuestra mano ilustre, formando una triada equidistante. Cada acto u omisión provocada voluntaria e involuntariamente, conduce al trazo inminente de las ramificaciones en la realidad existencial, siendo inducido de forma inevitable por nuestra voluntad inapelable resultando en todo lo conocido y aparentemente desconocido por igual, al mismo tiempo que hemos sido etiquetados con muchos como seres trascendentales y como seres infames por muchos otros al ocasionar un mar profundo e infinito de emociones y reflexiones tanto de gran dicha y vitalidad como de gran dolor e desolación acorde a cada fragmento y perspectiva de la cual habrán de ser juzgados e interpretados generando de igual modo, forma y manera un margen de esperanza así como de desesperanza. Cada uno representa el resultado de todos y cada uno de los significados y significantes de lo que podría llamarse la justicia, la fe y el honor, como los máximos ideales de lo heroico como de lo épico en cada escenario y teatralidad que alguna vez existió, existe y probablemente exista en un lapso determinado e indeterminado. En perspectiva los múltiples relatos, historias y narrativas tanto en la ciencia, el arte y la fe, se ha representado una serie de figuras y entidades emblemáticas en sucesos y acontecimientos de gran trascendencia a modo de hacer prevalecer la vida y la supervivencia de sus semejantes, siendo de igual modo el punto de intercambio de datos e información ante diversos procesos tanto del campo académico y litúrgico. La complejidad de la asimilación y acomodación del individuo tal como lo menciona Jean Piaget y el uso de la razón crítica por parte de Rene descartes, la entidad individual y colectiva dentro y fuera de todo marco de ciencia, arte y fe, se encuentra sujeto a una inmensa paradoja de múltiples sensaciones al igual que de reflexiones con lo que este tiende a interrelacionar ideas y conceptos en el sendero de su potencial materialización metodológica, generando con ello una serie de nuevas construcciones a modo de establecer un marco del legado cognoscitivo sumamente multifactorial. Aquellos sucesos y acontecimientos que definieron el punto de transición de una era a otra determinaron de forma directa e indirecta aquellos parámetros y postulados, por los cuales aquel nuevo auge cronológico diera su punto de apertura ante la mecánica de la evolución y revolución multifacética que marco a más de una generación, en cada una de las escalas de su propia naturaleza y esencia como entidad viviente, en lo racional, irracional, en lo individual y en lo colectivo determinando con ello el final de una era y el inicio de otra. Dentro del marco de apertura así como en el recorrido del presente plano existencial se trazaron diversos puntos de inflexión en la mecánica del pensamiento, la percepción y la acción sobre todo paradigma general y particular de todos y cada uno de los miembros conformantes de cada sociedad en turno siendo el mero resultados de aquellas sombras y fantasmas de aquellas eras en las cuales los eventos coyunturales tuvieron a toda entidad viviente a merced de sí misma, siendo un principio de la acción y reacción siendo algo inevitable en cada rubro existente y por existir. Por consecuente, el ser humano ha buscado de forma, modo y manera incesantemente el alcanzar distintos ideales como parte de la inminente e inevitable satisfacción de necesidades de toda índole desde lo primordial hasta lo complementario en cada contexto de la realidad que lo rodea, en cada instante de su pensar y sentir mediante el desarrollo de diversos métodos, técnicas de operación como de gestión partiendo de forma paralela la mezcolanza coyuntural de eventos cronológicos a corto, mediano y largo plazo respectivamente. Respectivamente la ciencia y el arte como elementos y medios vitales de la trascendencia y supervivencia de los seres enlazados bajo la búsqueda de la libertad como factor elemental de la verdad, implican un proceso escalonado en cada uno de los individuos de cada plano cronológico referente a la transmutación de su propia esencia, así como del entorno en el cual este tiende a interactuar continuamente. A pesar de la relevancia de todo lo antes mencionado, en términos de la propia naturaleza y conducta humana en los aspectos que albergan el juicio el castigo y la piedad, que es lo que implica el luchar bajo estos principios del honor y la redención, tales principios y fenómenos representan el proceso individual y colectivo de la transmutación de aquellos personajes partidarios del orden como del caos trascienden más allá de su interés individual y colectivo en el marco de la empatía homologa a tal modo de ascender más allá del plano material e inmaterial, lo cual la consecuencia o el resultante viene a ser el hallar la satisfacción, la felicidad y la paz, ya sea en la existencia mundana o en el plano de la divinidad. De forma coyuntural, los elementos como los riesgos de dicho actuar, se sustentan en un esfuerzo múltiple por algunas entidades de poder hallar cura, alivio o consuelo a aquellas sombras y fantasmas de la barbarie, la desesperanza, la infamia e indiferencia de su pensar, su sentir y actuar en el sendero de su propia existencia. Por otra parte, un factor y elemento, no menos importante y de gran relevancia, resulta ser este, el luchar y pelear por la implicación del reto a superar a modo de deporte, siendo en cierto modo parte complementaria de lo ya antes mencionado, sin embargo la generación de combinaciones en cada escenario situacional tiende a ser una serie de resoluciones exponenciales de cada entidad viviente y existente, habida y por haber, alimentando aquel ímpetu combativo de cada generación, aspirando ser la máxima entidad guerrera campeadora, el gran batallador. Bajo las corrientes del pensamiento, la razón, la apreciación y percepción, diversos estilos y variaciones en la manifestación de esta titánica dinámica estos han tendido a generar diversos mundos, como realidades situacionales en una escala secuencial, creando consigo la concepción del símbolo desde el marco semiótico como epistemológico, algo que diferencia al pensar, sentir y actuar mecanizado del pensar, sentir y actuar cognoscitivo crítico. El viaje a través de aquel umbral de la narrativa y realidad infinita de la expresión científica como artística en donde también convergen los pilares canónicos de la ciencia y la fe, nos llevan a través de los distintos pasajes del espacio tiempo más allá de toda concepción racional posible, estando uno con el todo y con la nada de igual manera, forma y modo, dejando toda clase de paradigma y prejuicio en el total olvido, viajando a toda potencialidad por miles de mundos, millones de civilizaciones, descubriendo y redescubriendo la verdad de las cosas, el porqué de tal magnificencia, el aguaviva del alfa y el omega al igual que las implicaciones del poder sujetar con gran fervor y devoción inconmensurable a pesar de en ocasiones no ser aptos y dignos de tal opus magnum. En décadas, años, meses, semanas, días y horas de batalla constante navegando y transitando por el tejido de espacio y el tiempo en cada una de las facetas de la realidad desde la era temprana hasta la fecha precisa actual en curso, el instante la causalidad de ello hoy resulta un complejo y completo enigma. Existiendo y coexistiendo en una gama fragmentada de realidades, verdades y libertades de múltiple, esencia, naturaleza, tipo, razón y carácter en todas y cada una de ellas a modo de vivir en una llanura de contradicciones al no hallar la más mínima chispa de empatía individual y colectiva en relación a la homologación plena o total del pensar, sentir y actuar en paridad con los ya agónicos estándares del aquellos ordenes canónicos carentes de esperanza más bien abundaba una feroz e incesante desesperanza. Ante la búsqueda de hallar el sentido, la búsqueda del sentido a mi realidad a mi existencia individual y colectiva en este desolado plano topando siempre con una incesante interrogante proveniente de entidades mismas que suelen decir tanto en naturaleza como en esencia, ¿porque lo deseas tanto? Siendo esta duda, este enigma este planteamiento una constante a lo largo y amplio de toda la existencia misma que me asedia en cada plano de la realidad en el cual he caminado a través de la transmutación de las entidades, la individual, la colectiva, la racional la irracional, la animada y la inanimada. A pesar de superar paradigmas, tabúes, prejuicios, estándares del orden canónico siempre ha perdurado el enigma fantasmal que nos habla y dice, ¿Por qué lo deseas tanto?, una y otra vez de forma auto-perpetua más allá del tiempo espacio, más allá del orden y el caos, más allá, de la verdad y la falsedad, más allá de lo imaginable e inimaginable, más allá de lo tangible e intangible, más allá del bien y del mal. No obstante, de forma enigmática yace una fuerza, una esencia, un don, una maldición, una gracia, un efecto coyuntural, una deformidad del tejido de la realidad múltiple, del tipo cósmico legendario que ha existido como entidad viviente, racional e irracional, animado e inanimado, individual y colectivo, siendo parte de nuestra constitución elemental multifactorial, la cual nos ha llevado a fragmentar cada aspecto de la existencia ante el todo y la nada, sin embargo tras la incesante lucha imperial, he tenido que presenciar de forma inminente la deformación de la existencia como un espacio exacto en una manifestación aberrante de la objetividad y subjetividad de cada ente con el que me he cruzado tanto de forma directa como indirecta, he tenido que presenciar con gran dolor la partida de todo lo que alguna vez me importo en el sentido tradicional viendo partir de una forma u otra a mis seres amados tras el término de una era tras otra y permanecer ajeno al tiempo y espacio en esta aparente paradoja múltiple compleja en la cual llevo existiendo manteniendo de forma sincrónica una lucha por preservar el equilibrio entre mi forma humana y mi forma real, siendo esta la personificación del todo y de la nada. Cada año que llevamos existiendo en este plano nos resulta sumamente imperante el poder hallar de nueva cuenta el aguaviva que trae y otorga la razón, la fe, y la verdad de las cosas ante aquellos que teniendo vista, no ven a quienes tienen oído no escuchar la sinfonía de la verdad la razón, la libertad y el canto de la gran dama justicia, de quienes presumen de tener una mente, un corazón y un alma, no quieren ni pueden sentir la esencia armónica de la vida misma, estando sordos, ciegos y mudos bajo su propia condición aberrante. Quien será la entidad aberrante en sí, será la individual, la colectiva, o acaso será que no hemos sido diseñados con la capacidad de aceptar la imperfección del interés que nos hace no merecedores del alfa y el omega, de lo que representa el poder existir y ser uno con el todo y la nada, hemos caminado entre paramos desolados a modo de probar y demostrar el error en el cual se hemos estado inmersos por medio del pensar, del sentir y del actuar siendo este último el cauce de la voluntad y libertad del, ser, la voluntad y libertad del poder, la voluntad y libertad de sentir y sobre todo la voluntad y libertad de actuar ante toda circunstancia. Sin embargo, a pesar de todo, la búsqueda del ideal y concepción de la paz implica el poner en practica aquellos postulados del orden canónico para alcanzar aquellos objetivos en favor de la prosperidad individual y colectiva haciendo que valga realmente la pena el hecho del existir y trascender, siendo este el mayor regalo, el luchar por una mejor vida, y tú ¿qué piensas y sientes?.

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