El camino del guerrero, un código de honor y redención Autor: Mtro. Fernando Martínez Moreno

Desde que he contado con la facultad de emplear el don de la memoria, he recorrido distintos senderos en búsqueda de diversos desafíos en cada escenario, en cada batalla en la cual me he visto involucrado de forma voluntaria como involuntaria en el sentido de alcanzar la trascendencia y supervivencia, en cierto modo el destino y la coyuntura me hicieron el adoptar el camino de las batallas como una razón de ser, una necesidad de hallar propósito a aquellos ideales que alguna vez me fuesen enseñados desde mi vida temprana hasta hoy en día, sigo sin recordar el momento e instante precisos en los cuales di comienzo a transitar por aquellos senderos del orden y el caos, teniendo que desarrollar diversos modos, técnicas y metodologías para sobrevivir y trascender ante una realidad, gris e indiferente, carente de todo significado de valor y de honor en su pensar, su sentir y su actuar, siendo desde aquel entonces un extraño, un forastero, un errante ante quienes alguna vez llegue a considerar mis contemporáneas, en pocas palabras he existido y coexistido fuera de toda línea de espacio y de tiempo, un don, una maldición, a ciencia y percepción ciertas, sigo preguntándomelo hoy en día. En cada escenario y campo de batalla en el cual he luchado, he conocido toda cantidad de entidades de todo tipo, forma y naturaleza, cada una con diferentes formas de apreciación y asimilación de la realidad, unos siendo entidades guerreras honorables y otras de gran infamia, luchando en distintos bandos en pos de alcanzar aquello que considerar un ideal o de una mera realidad, a lo cual he obtenido distintos aprendizajes de todos y cada uno de ellos con los cuales me he topado a lo largo de la historia, su historia, mi historia, tanto en lo individual como en lo colectivo. En cierto modo, parte de mi esencia y naturaleza me ha vuelto una entidad errante ya que no he podido permanecer estático en un solo sitio durante mucho tiempo, es por ello que siempre camino o vuelo de realidad en realidad, pudiendo apreciar con gran curiosidad el proceso de evolución y revolución de aquellos contextos existenciales en los cuales alguna vez luche, sin embargo de igual forma he tenido que ser testigo y experimentar un gran dolor y pena de tener que ver a aquellos que alguna vez estime y ame envejecer y morir y yo continuar igual, permanecer en esta total soledad, en este sendero de total desolación y soledad a lo largo de las épocas venideras, manteniendo este ciclo inevitable desde aquella era del mundo antiguo hasta esta época contemporánea. No obstante, a lo largo de todos y cada uno de los senderos que he recorrido, he ido adquiriendo y coleccionando diversos objetos de todo tipo y clase, mismos que llevo conmigo como parte viva de aquellas memorias que yacen en mi mente, mi corazón y mi alma, convirtiéndome en un mito y en una leyenda por distintas culturas y sociedades en todo el plano mundial, teniendo yo distintos nombres otorgados por aquellas civilizaciones y culturas que alguna vez conocí como un miembro de cada una de ellas. En cierto modo, en los últimos siglos me las arregle para dar con un extraño lugar, siendo una gran edificación donde coexisten entidades de naturaleza y esencia a la mía, algo que halle quizás por accidente o quizás sea un regalo que la entidad suprema me ha concebido, gracias al haberle implorado por no volver a estar ni a sentirme en soledad una vez más, a pesar de no ser yo una entidad ortodoxa, he podido hallar una gran fraternidad y hermandad con los huéspedes que viven y se refugian en esta gran mansión y en la cual he podido tener mis más preciadas memorias de forma tangible, destacando entre ellas mi pequeña cajita musical y las medallas de batalla de aquellas épocas en las cuales fui condecorado junto a mis amigos y hermanos de armas. En cierto modo he comprendido que el camino del guerrero suele ser muy solitario, sin embargo he aprendido a evolucionar de forma gradual y ascendente, lo cual me ha hecho el alimentar el significado y la razón para continuar luchando en cada arena de batalla en la cual me he visto inmerso, el camino del guerrero, es un viaje lleno de incertidumbre pero al mismo tiempo es un proceso de purificación, aprendizaje, enseñanza, y de constantes cambios, los cuales ayudan a reafirmar aquellos códigos de conducta, honor y redención por los cuales lo hemos dado todo por el todo. De he manifestar, que muchas de las entidades guerreras tanto del orden como del caos, siempre lucharon sin excepción por el honor, la gloria y la redención, pudiendo escucharlo de sus propios labios, justo en el instante de tenerlos en mis brazos en su momento de fallecer, y siempre todos y cada uno de ellos mencionándome la misma consigna de forma implícita e inevitable, vive por mí en esta nuevo mundo, en esta nueva realidad que está ahora por nacer, prométemelo. De ahí que actualmente continuo en este juego de batalla, pudiendo adquirir diversos nuevos aprendizajes pero siempre manteniendo y honrando aquellos códigos de conducta, honor y redención, pero más aún el mantener aquella promesa múltiple de aquellos que hace ya tanto tiempo que partieron y que de ellos poseo sus insignias u objetos personales que alguna vez me confiaron para la posteridad, a pesar de los prejuicios y de los gris que continua siendo esta y otras realidades, siempre me he mantenido firme en mis convicciones en el ideal múltiple del seguir por la eternidad y más allá de esta el camino del guerrero desde el alfa hasta el omega, el opus magnum que implica el vivir y el existir, que hermoso es el vivir por el camino del guerrero.

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