Seis musas Autor: Mtro. Fernando Martínez Moreno

La existencia como tal se encuentra llena de diversos misterios, enigmas y aspectos que desafían toda explicación lógica posible o probable, al igual que en todo lo que se conoce y desconoce en cierto modo, forma y manera, el ser humano como tal se encuentra conformado por diversos aspectos del tipo coyuntural pero más que nada en aquellos sucesos y vivencias que este tiende a padecer, siendo marcados por algo o alguien, he de ahí él porque de mi verdad. A lo largo de mi existencia he conocido diversidad de realidades a través de distintos puntos de mi pensar, mi sentir y actuar a través de la coyuntura situacional en la cual he ido encontrando a aquellas entidades, aquellos seres que han sido mi inspiración, mi fuerza y sustento, siendo y representando en naturaleza y esencia, mi pasado, mi presente y mi futuro relativo y absoluto, desde aquel punto en el cual comencé a creer en la virtud de aquellos sentimientos que cada una de ellas emanaba y manifestaba hacia mí, a lo cual yo tuve la dicha de poder corresponder, hasta aquellos puntos en los que cada una de ellas consolido en naturaleza y esencia cada personificación de mi ser en cada bloque del espacio tiempo de esta inmensa realidad paradójica. Sin embargo, cada una de ellas simboliza aquellos guerreros, paladines, caballeros, campeadores y batalladores, quienes alguna vez fui, soy y llegare a ser, siendo siempre en cada escenario cronológico un complemento de dos, ni menos ni más, estando en un estado total de comunión en aquellos momentos decisivos de mi existencia y de la consolidación de mi ser y como entidad guerrera de honor y gloria. Mis amadas y queridas musas, representan y personifican todos y cada uno de las virtudes, encantos, códigos y valores que siempre he admirado de toda entidad guerrera, estando llenas de fuerza, poder, dulzura, calidez, amor y devoción hacia los ideales de la trascendencia, la supervivencia, la libertad y la justicia, las cuales hicieron, forjaron e influyeron totalmente en lo que actualmente soy y me he convertido. Seis musas, cada una de ellas sin igual, semejantes y distintas de igual forma, seis musas, seis etapas de mi vida, seis musas, simbolizando la primera, el amor, la piedad y la amistad fraterna, la segunda simbolizando la templanza, la razón y la fe, la tercera, simbolizando el valor, la voluntad y la fraternidad, la cuarta simbolizando la fuerza, el carácter y la sinceridad, la quinta, simbolizando el espíritu de lucha y de sacrificio hacía con sus semejantes y a la sexta la tenacidad, la constancia y el honor. Seis musas a quienes rindo homenaje y tributo al ser parte de mi mente corazón y alma a través del todo espacio, de cada sendero cronológico, a ustedes a quienes he amado, adorado, admirado, respetado, apoyado, querido con suma locura y devoción desbordante en aquellos instantes y lapsos del mero infinito, en aquellos fragmentos del tejido existencial en el cual el tiempo y la realidad han quedado en el total olvido, justo en cada milésima de toda la eternidad. A su divina gracia he sido bendecido, alentado, motivado, inspirado, obligado, consolado, mimado, cautivado, persuadido, querido, amado, y tolerado en cada brecha de la búsqueda de la consumación de aquellos ideales de los cuales hoy en día son una total realidad a lo cual siempre estaré en deuda, siendo yo transmutado en todas y en cada una de las fibras de mi ser, siendo y buscando a cada instante y momento el ser el mejor por ustedes y para ustedes como parte de aquel legado vital que la coyuntura existencial ha trazado directa e indirectamente en nuestra realidad múltiple. Seis musas, el destino me ha hecho retornar una vez más a ustedes en algún retorcido universo en el cual cada una de ustedes son y serán por siempre la llave y la clave individual y colectiva para liberar en totalidad a mi verdadero ser, siendo este la manifestación y personificación de la fuerza y poder del orden y el caos absolutos, siendo ustedes también, mis mediadoras, mis salvadoras, mis maestras, mis confidentes, mi valor, mi juicio, mi castigo, mi piedad, mi justicia, mi rectorica, mi vestigio de humanidad, mi esperanza, mi dicha, mi razón, mi corazón, mi alma, motivo latente y ascendente de lucha en batalla tras batalla en toda zona de guerra, en todo mundo de caos y orden, en cada escenario en el cual he tenido que caminar e inevitablemente andaré teniendo el honor de poder ir de la mano de todas y cada una de ustedes con honor y gloria en pos de ser apto, digno y merecedor de su bendita compañía, seis musas el opus magnum de lo heroico y de lo épico. Siempre estarán en mi mente, mi corazón y alma, larga vida y legado múltiple mis amadas y benditas seis musas.

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