El destino manifiesto de la libertad del pensar, el sentir y actuar Autor: Dr. Fernando Martínez Moreno
En distintos puntos y planos de todo contexto de la sociedad, el individuo o grupo de individuos como parte de su herencia cognoscitiva ha expresado diversas razones y reflexiones sobre todo aquello que tiende a conocer y/o desconocer en medida de la magnitud con la cual se encuentre afectado en cada una de las etapas de la asimilación y adecuación de los fenómenos ante el marco de la realidad donde dichas entidades existen y coexisten de manera voluntaria e involuntaria.
Con base a lo previamente manifestado, el sendero cronológico del proceso de evolución, así como en cada etapa del desarrollo humano, ha establecido una serie de códigos, políticas, modelos, ideologías y paradigmas de dirección, gestión y operación para toda estructura conformante del gran organigrama que resulta ser todo grupo social, en cada una de las vertientes que le han constituido, generado una cultura de enseñanza aprendizaje predeterminada a modo y finalidad de dar continuidad a todo aspecto y métrica que constituye a toda vertiente del sistema múltiple de control social y humano.
Sin embargo, resulta inevitable el mencionar y manifestar aquellos elementos y factores imperantes nacidos de la duda, la crítica, la percepción del pensamiento, la razón, conceptualización y materialización de todo lo que alguna vez existió, existe y podría llegar a existir, al cuestionar aquello que ha sido establecido e impuesto de manera directa e indirecta empleando como punto de partida general y especifico la afinidad por y hacia la desobediencia en pos de aquello que contribuya al mero instinto de alcanzar la trascendencia y la supervivencia, en todo escenario y plano existencial, desatando una lucha sin cuartel ante aquellos que se hallan segados por el conflicto de intereses, orgullo y prejuicio latente.
En distintos ámbitos de la expresión social, en diversas narrativas de la ciencia, el arte y la cultura general, la ejemplificación y personificación de la entidad de la rebeldía, la justicia, la ley canónica del luchar por revolucionar aquello que se encuentre en la abundancia del error y en la carencia de lo correcto en todo ámbito y situación del día con día, así como en todo suceso y/o acontecimiento decisivo, teniendo dichas entidades rebeldes, locas e inadaptadas ante el ojo sistémico de la calumnia el engaño y la ignorancia, misma que envenenado, distorsionado y fragmentado la mente, el corazón y el alma de toda entidad conformante de todo plano existente, estando esté último sumergido en un mar de incertidumbre, dolor, y miseria de mente, corazón y espíritu, mismos que deben ser transmutados y liberados de aquel yugo y cadenas autoimpuestas e impuestas, haciendo uso pleno de todo lo previamente mencionado y manifestado en favor de preservar y fortalecer de forma rapaz y fulminante, el legado legendario, heroico y epico de la voluntad, del pensar, el sentir y actuar, el realizar y hacer lo que debe hacerse en todo momento e instante como el máximo acto de rebeldía y desobediencia, ante aquello que convierte al todo y a la nada en entidades muertas en vida, honrando con ello aquellos ideales por los cuales las entidades predecesoras dieron el todo por el todo, honor y gloria a quien lo merece, luchar como el gran campeador y el gran batallador hasta el final.
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