La triple ente de una musa Autor: Mtro. Fernando Martínez Moreno
En un cierto punto de mi existencia temprana, siempre busque la razón y sentido a todo fenómeno y suceso que se manifestaba a mi alrededor, a modo de comprender el porqué de cada reflexión y emoción que recorría cada membrana neurológica y sensorial de esta forma humana en la cual he sido confinado desde principios de toda realidad habida y por haber, siempre buscando e indagando por la verdad y la justicia tanto en lo individual como en lo colectivo.
No obstante, de entre aquellos eventos y circunstancias que marcaron mi vida humana, jamás tendré palabra u oratoria digna y merecedora de lo que en aquel punto e instante del vasto infinito experimente en aquel momento en el cual apareciste en mi sendero existencial de mi etapa de juventud temprana, en aquel escenario de mi transición hacia un plano desconocido y enigmático el cual comenzaba a mermar esta forma humana con la cual me he visto en necesidad de vivir de forma innegable e inevitable.
Fue en aquella etapa cronológica en donde pude observar y percibir aquella extraña naturaleza y esencia que de ti emana, una especie de fuerza y poderío boreal similar a un vórtice, el cual transmitía una serie de sensaciones desconocidas para mi persona, algo que solamente había visto y escuchado a través de aquellas memorias de la ciencia, el arte y la fe, algo que solamente podría pertenecer al plano de la fantasía y al dogma sagrado, sin embargo todo lo que alguna vez tenía como paradigma de razón y percepción había quedado de forma práctica en el total olvido.
Sin embargo aquel momento e instante en el cual nuestros senderos se cruzaron por primera vez, fue solamente el punto de partida en donde tú y yo dimos cabida a establecer un vínculo de sumo afecto a pesar de las diferencias y similitudes entre nosotros, pudiendo experimentar aquel sentimiento poético y platónico denominado como el amor.
De forma inminente e inevitable, el tiempo continuo con su debido curso cronológico espacial, aspecto y variante en donde de forma espontánea e inesperada me halle envuelto en tus brazos y sentir la delicia de tus labios, el aroma de tu cabello, tú respiración, tú calidez, tú amor, tú pasión, tú amor, y tu dolor, justo en aquel escenario de la enigmática noche, pudiendo sentir lo que en teoría conocía como la triple ente, tu triple ente, siendo esta tu mente, tu corazón y alma, la cual se encuentra envuelta y bañada de una fuerza y poder cósmico legendario, pudiendo sentir todas y cada una de las fibras de tu divino y enigmático ser, siendo tu mi musa, mi princesa, mi reina, mi inspiración, mi motivo, mi razón de ser y más que todo y que nada, el aguaviva que ha curado el inmenso y petrificante dolor de mi forma humana, decadente y fragmentada por mi verdadera forma y ser.
Siendo tú un ser, divino, un ser cósmico, un ser legendario y bendito, jamás me he sentido apto, digno mi merecedor de ti, de poder estar de tu mano, de sentir tu lindo ser, de percibir el latido de tu corazón, la dulzura y pureza de tu alma y el psique de tu brillante mente, a lo cual he dado y daré siempre gracias y manifestare la dicha del haber sido elegido entre tantas entidades superiores a mí para poder ser tu paladín, tu caballero, tu defensor, tu complemento, tu amigo, tu novio, tu amante, tu esclavo, tú siervo y emisario, todo eso y más soy y seré por ti y para ti.
Cada momento, cada instante, en el que estoy contigo, en el que me encuentro en compañía tuya, representa y simboliza para mí el opus magnum, el elixir de vida eterna, poder y fuerza infinita la razón del porqué de todo por lo que he luchado como entidad guerrera, tanto en mi forma humana al igual que en mi forma metalmecánica, siendo tú, solo tú, la insignia y emblema de todas y cada una de las guerras y batallas que he librado en tu nombre, hecho y verdad que me hace sentirme honrado y lleno de orgullo, solamente por ti, me consagro e inclino ante ti, mi dulce y bella flor de loto.
Siendo y representando tú, mi lado humano, mi conciencia, mi humanidad, mi racionalidad científica, el punto de equilibrio entre mis dos formas existenciales, siendo tú la cura continua, ante los estragos internos y externos que padece mi ser desde el momento e instante de mi concepción.
Contigo el espacio tiempo pareciera haberse detenido en una fracción cuántica del vasto infinito y eternidad, estando ambos en el plano de lo auto-perpetuo, escrudiñando cada fibra de tiempo espacio de toda realidad para estar a tu lado más allá de toda eternidad, más allá de toda fracción de medida proporcional del espacio tiempo, siendo ese mi máximo propósito, anhelo y verdad, lo cual gradual y ascendentemente han sido transmutados a la total y mera realidad.
Es por ello que ahora, después y por siempre, honro y honrare con honor y gloria el amor que me has brindado y aún más el punto e instante en el cual tú y yo, nos fundimos en un solo y único ser, una sola razón, un solo sentir, un solo aliento, un solo latido, un solo pensamiento por toda la realidad múltiple y más allá de esta última, más allá de toda estrella y plano cósmico temporal, más allá de toda creación y existencia, siendo mi amor, mi devoción, mi pasión, mi credo, mi verdad, por ti y para ti, más fuerte y poderoso que un billón de soles estallando, más fuerte y poderoso que un millón de agujeros negros super-masivos colisionando, más fuerte y poderoso que todo poder de la realidad y fantasía existente y por existir.
Eres y serás tú, mi todo y él porque del continuar luchando para volver de esta y otra realidad, un lugar, apto, digno y merecedor de ti, y solo por ti, te amo, te adoro, te deseo, te admiro y venero con gran fervor, mi musa, bendita sea tu triple ente, mi musa divina, mi flor de loto.
Comentarios
Publicar un comentario