La verdad y el grito de un ente múltiple Autor: Dr. Fernando Martínez Moreno

Un extraño sendero, un destino incierto, aquellos relatos sobre la acción y/o omisión de aquellos que por su valía e infamia alteraron el curso de aquellos grupos, civilizaciones y eras del curso evolutivo de la humanidad, aquello que solía yo escuchar de quienes alguna vez me precedieron de aquellos que a través de sus memorias tangibles me hicieron llegar de una manera o de otra por igual, todo aquello que alguna vez llegue a considerar ajeno a mi ser, hoy en día es algo que me inspira y consume a cada instante de mi latir y respirar en mi edad mediana, al menos habiendo actualmente al auge de dicho sendero en el cual para muchos la vida adquiere una nueva perspectiva o por lo menos es lo que se dice y cuenta entre lengua y lengua y en realidad en realidad. Siendo yo alguna vez, un joven lleno de ímpetu, valía y sentido del honor, con base a aquello en lo que decidí creer y venerar, fui víctima o simplemente seducido por aquellos encantos aparentes de lujo, gloria y expresión sin igual, que más equivoco y falso concepto y paradigma. Amor, dolor y desolación, resultados y consecuencias de cada acción y/o omisión de cada pensamiento, sentimiento y acto emanante de mi ser, habiendo siendo tentado por aquellos seres extraños que parecían otorgar las mieles de la libertad, la satisfacción y dulzura de aquello que todo ser humano necesita y carece de igual modo, forma y manera, siendo conducido por un limbo de incertidumbre en el cual todo ente idealista es reducido a una sombra gris y marchita, así como todo aquello que pueda ser considerado como existencia por una sociedad perdida en estándares de gran infamia, carentes de esperanza y abundantes de total desesperanza. En verdad manifiesto y es mi deseo el expresar aquello que la realidad, la aparente realidad en la cual desde que los ojos se abren y cierran a modo de tener que asimilar e interactuar con aquellos entes tendenciosos y ominosos que a cada fibra de la concepción del espacio y del tiempo han distorsionado y corrompido aquellos códigos de honor y conducta de aquellos que alguna vez fuesen entidades de gran honor, valía y sabiduría quienes alguna vez idearon y conceptualizaron los principios de un buen vivir, un buen existir, siendo asediados por aquellos que en lugar de exclamar verdad, emanan un aire y aula de mediocridad por medio del acto del ningunear en nombre de la posverdad, un verdadero acto de cinismo, y de total miseria. Aquellos cánones por los cuales, los entes legendarios dieron el todo por el todo, hoy en día se encuentran bajo la amenaza y el yugo impuesto de aquellos que se hallan ciegos, sordos y mudos de aquello que se encuentra más allá de lo evidente de aquello que debe ser honrado y defendido con total fuerza y poderío, siendo aquello que en verdad otorga razón y sentido al simple y complejo hecho del existir en todo escenario, tiempo y circunstancia inminente e inevitable. Una lucha incesante y total a cada fracción del día con día, habiendo únicamente, tiempo de reagruparse y recuperarse a través del portal hacia el inconsciente, lo que algunos celebres exponentes denominaron como el reino de Morfeo, un lugar donde la realidad tiende a ser distorsionada, un lugar donde el tiempo, el espacio y la realidad, danzan de forma íntima y voraz hacia nuevas perspectivas y descubrimientos de aquello que en algún momento e instante, dará cabida al cambio gradual y/o radical a la realidad divergente en la cual a cada alba y ocaso hemos de enfrentar y vivir con aquello que hayamos decidido u omitido. Ira y furia fulminante, el juicio, el castigo y la piedad, hechos, causas y consecuencias inminentes e inevitables sobre aquello que debe someterse ante su verdad y realidad, critica y resolución como parte de la liberación de la mente, el corazón y el alma de todo ente existente y por existir, hechos y principios del orden canónico y elementar, en una cruzada por alcanzar el opus magnum de aquello que conlleve a la ascensión de lo heroico, lo épico y lo magnifico. El resto, lo dejo en encomienda